martes, 28 de julio de 2015

GATOS. Accidentes frecuentes I: Caída libre

Existe la tendencia a pensar que tener un gato como compañía es mucho más fácil que tener un perro. Al gato ''no hay que sacarlo de paseo'', aprende rápido dónde hacer sus necesidades, sabe jugar solo con cualquier cosa  y duerme muchas horas, lo que nos libera de tener que dedicarles demasiada atención.

Sin embargo, no es raro oír historias de gatos que se han caído desde ventanas de edificios a patios internos o a la misma calle. Algunos autores definen  este suceso como una patología con el nombre de ''El síndrome del gato paracaidista'' o ''El síndrome del gato volador''. Aunque los nombres puedan resultar graciosos, el tema es serio ya que puede ocasionar desde lesiones graves, como roturas de huesos o hemorragias internas, hasta la muerte del animal. Pero... ¿Porqué ocurre esto? ¿Qué impulsa a un gato a ''saltar'' por la ventana? Os explicamos algunas posibles causas:

  • INSTINTO DEPREDADOR: El gato es un mamífero carnívoro depredador, esto es, su alimentación se rige en el consumo de animales más pequeños, tales como pequeñas avesy otros mamíferos, a los que da caza para posteriorme comérselos. El gato doméstico, pese a que tiene sus necesidades alimenticias cubiertas y no necesita cazar para alimentarse, sigue manteniendo ese instinto depredador, que es el que fomenta en el momento de, por ejemplo, el juego. Un gato que descansa en el alféizar de  una ventana puede ver despertado este instinto al observar al vuelo una paloma u otra posible presa, y, en el intento de darle caza, puede caerse por la ventana.
 
  • CURIOSIDAD: (O como ''la curiosidad mató al gato'') El gato es un animal muy curioso, por lo que algunos ejemplares que viven en pisos, suplen su necesidad del interactuar con estímulos nuevos que les ofrezca el ambiente observando a través de una ventana. El vaivén de los paseantes, así como el ruido de los coches y la aparición de otros animales hacen que el observar la calle sea una forma de entretenimiento que puede ocasionar que, en un intento de interaccionar con el ambiente, el gato cometa un fallo y caiga al vacío.
  • HORMONAS: Por lo general, a partir de la edad de 6 meses aproximadamente, todos los gatos alcanzan la madurez sexual. Esto quiere decir que ya están listos para reproducirse por lo que, como mecanismo natural, buscarán una pareja con la que tener descendencia. En el caso de las hembras, somos conscientes de que han alcanzado la madurez sexual con la aparición del primer celo, durante el cuál, a lo largo de unos días, estarán más cariñosas, receptivas, fugitivas y maulladoras. En el caso de los machos, a partir de la madurez sexual, estarán siempre disponibles para cubrir hembras y reproducirse, por lo que la detección hormonal en el aire (los gatos pueden percibir las feromonas en el ambiente, incluso a 80m de distancia del foco) o el sonido del maullido de una hembra en celo (en la calle, por ejemplo) puede incitar al macho a buscar la forma de acceder a ella, aunque sea descendiendo rápida y peligrosamente desde un cuarto piso a la calle.
  • INEXPERIENCIA EN CACHORROS DE GATO: Si ya de por sí el gato es un animal curioso, a una edad temprana, el gatito lo es más.  Los gatos jóvenes son traviesos, juguetones, todo les llama la atención, pero, sobre todo, son inexpertos. Aunque son ágiles, ciertas posturas, saltos, giros y equilibrio tienen que irlas perfeccionando con la experiencia y la práctica, lo que no es raro, que ante el descuido de su propietario, puedan ocurrir accidentes.
  • PATOLOGÍA: La enfermedad es también un motivo que puede ocasionar una caída involuntaria. Patologías como problemas en el sistema nervioso, debilidad producida por anemia, falta de alimento o de líquidos, o problemas musculares, en huesos o articulaciones, pueden aumentar el riesgo de caída al vacío. 

Según la bibliografía consultada, existe mayor riesgo de sufrir este síndrome si el gato no está esterilizado y es joven (menor de 2 años), existiendo aproximadamente la misma prevalencia en machos y en hembras.

En contra de lo que sería lógico, es más probable que un gato sufra más lesiones si cae de una altura baja que de un piso más alto. Esto se debe a que el sentido de equilibrio del gato le permite darse la vuelta durante la caída y amortiguar el golpe. Poco antes de llegar al suelo, el gato se estira para aumentar al máximo su superficie y con ello el rozamiento con el aire, ocurriendo el movimiento en dos fases y cayendo en forma similar a un paracaídas.
 

 

No todos los gatos se caen de las ventanas. Sin embargo, si pasan mucho tiempo asomados a ellas, en barandillas u otras superficies lisas, es cuestión de tiempo que pueda pasar algo. Cualquier pájaro, otro gato o gata asomado en otra ventana, o una ráfaga de viento, puede hacer que nuestro gato se desequilibre de su posición de descanso y comience a precipitarse al no poder agarrarse con las uñas al punto de apoyo. Lo que queda bastante asegurado según estudios realizados, es que los gatos no se tiran voluntariamente, es decir, son conscientes de la altura. es frecuente que el gato volador repita su hazaña, parece que no aprenden del susto recibido y su curiosidad les hace volver a caer en la tentación de asomarse a la ventana.

Lo mejor que podemos hacer para evitar un accidente es prevenir que ocurra. No se trata de prohibir al gato acercarse a las ventanas ni encerrarlo cuando se vaya a quedar sin vigilancia, los métodos de prevención recomendados son más divertidos y seguros para el animal y económicos y fiables para el propietario. Algunos de ellos son:

  • ENRIQUECIMIENTO AMBIENTAL: Juguetes, laberintos, zonas seguras en las que tomar el sol, atención por parte del propietario, ejercicio, compañía humana o felina.
  • COLACACIÓN DE PROTECCIONES EN LAS VENTANAS O TERRAZAS: Redes o mosquiteras enganchadas a los marcos de las ventanas o al muro de la terraza son las herramientas más comunes y fiables.
 
  • ESTERILIZACIÓN: Si el motivo de fuga o caída del animal coincide con los períodos de celo, esta es, sin duda, la mejor opción para todos los propietarios que no tengan interés en que su animal tenga descendencia. Es, además, una de las opciones más sanas y responsables, ya que con la esterilización, además de prevenir accidentes como los que mencionamos, también evitamos patologías ligadas al aparato reproductor, tales como miometrias o cáncer de útero, o tenencia de camadas no deseadas.
  • FEROMONAS APACIGUADORAS: Ideales (combinadas con un tratamiento de reducción de estrés) para animales muy activos con constatados niveles de ansiedad.



  
 

 ~ M. Barcala
en colaboración con Arca  de Noia ~
 
 
 
 
 
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